Disoluciones no saturadas, saturadas y sobresaturadas.

 

Las disoluciones no saturadas tienen una concentración de soluto menor que las soluciones saturadas, y éstas a su vez tienen una concentración de soluto menor que una disolución sobresaturada. Por ejemplo, supongamos que se agrega un poco de sulfato de cobre (II) a un vaso de agua. Esta será una disolución no saturada. Si se sigue añadiendo sal con agitación se llegará hasta un punto en el cual los cristales ya no se disuelven. Si esta disolución se deja reposar y se quitan los cristales que no se disolvieron (por ejemplo por filtración), se obtendrá una disolución saturada que contendrá la cantidad máxima de soluto que se puede disolver a la temperatura actual. Si enfriamos la disolución saturada, con el tiempo se formarán cristales de sulfato de cobre (II), esto se debe a que la solubilidad de la sal en el agua depende de la temperatura y lo que fue una disolución saturada a la temperatura inicial es ahora una solución sobresaturada a una temperatura inferior. No debéis olvidar que una disolución sobresaturada es un sistema metaestable y que tenderá a estabilizarse (terminará por precipitar la sal en exceso), mientras que una disolución saturada es un sistema estable.

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